“En una coordinación expuesta y una sincronización abierta, las fuerzas turcas, bajo la cobertura de la agresión israelí, fueron desplegadas entre las localidades de Benish, Maaret Mesreen Taftanaz, en un paso que confirma la unidad de objetivos entre el régimen turco y el ente israelí en la protección de los terroristas, especialmente el Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham), e impedir el avance del Ejército Árabe Sirio en Idlib y Alepo, y evitar una derrota completa para sus agentes en Siria”, reza el comunicado de la Cancillería, emitido este jueves.
El texto añade que lo que hizo Ankara simultáneamente con la agresión israelí constituye una violación flagrante de la soberanía siria y del derecho internacional, y deja en claro a todo el mundo quiénes son los grupos que apoyan, patrocinan y protegen el terrorismo en Siria.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria también ha reiterado que los actos de agresión de Israel y Turquía no impedirán que las fuerzas sirias continúen su batalla contra el terrorismo hasta liberar todos los territorios sirios y poner fin a la presencia del terrorismo en el país árabe por completo.
En este sentido, el Comando General del Ejército y las Fuerzas Armadas, a su vez, ha denunciado que el nuevo convoy turco busca proteger a los terroristas y obstaculizar los avances antiterroristas.
De acuerdo con la agencia oficial siria de noticias, SANA, la defensa antiaérea de Siria interceptó y destruyó varios misiles lanzados este jueves por aviones israelíes mientras se dirigían a Damasco, la capital.
En los últimos cuatro años, el Ejército turco ha realizado dos invasiones no autorizadas en el norte de Siria para atacar las posiciones de los kurdos acusados por Ankara de tener intenciones subversivas contra la Administración turca.
Siria ha denunciado en reiteradas ocasiones las ofensivas, advirtiendo de que responderá si es necesario.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, informó el lunes que las fuerzas sirias fueron atacadas por la artillería turca mientras trataban de recuperar la ciudad de Saraqib, sita en la provincia noroccidental de Idlib, de manos de los terroristas.
Los enfrentamientos se producen pese al acuerdo del alto el fuego firmado el 12 de enero entre Turquía y Rusia.
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