El sábado, el presidente estadounidense, Donald Trump, exclamó que el máximo responsable del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), Abu Bakr al-Bagdadi, había muerto en una operación de las fuerzas especiales norteamericanas en la aldea de Bashira, ubicada en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria.
El presidente sirio, Bashar al-Asad, no obstante, expresó el jueves su duda —en una entrevista con los medios locales Al-Sourea y Al-Ikhbariya TV— sobre si Washington realmente llevó a cabo una operación para eliminar al líder de Daesh y llamó a no creer todo lo que dice el país norteamericano a menos que presenten evidencia de la matanza de Al-Bagdadi.
Al-Asad volvió a rechazar el proclamado rol de Washington en la lucha contra Daesh y tachó la operación contra Al-Bagdadi de “puro engaño” recordando que el líder terrorista “estaba en las cárceles de EE.UU. en Irak, de las que lo sacaron para que juegue este rol”.
“Al-Bagdadi se reproducirá en otro nombre y otra persona, y quizás reproduzcan al mismo Daesh en un escenario dirigido por el mismo director que es EE.UU.”, señaló el mandatario sirio.
De hecho, rechazó que la muerte de Al-Bagdadi suponga el fin del Daesh y para tal meta enfatizó la necesidad de la eliminación de la ideología extremista wahabí.
(El líder de Daesh, Abu Bakr) Al-Bagdadi se reproducirá en otro nombre y otra persona, y quizás reproduzcan al mismo Daesh en un escenario dirigido por el mismo director que es EE.UU.”, el presidente de Siria, Bashar al-Asad.
Trump afirmó que la operación contra Al-Bagdadi se llevó a cabo con el apoyo de Rusia, Turquía, Siria e Irak, y también de los kurdos. Según ha estimado Al-Asad, “la razón detrás de incluir a varios países como participantes en esta operación es darle credibilidad”.
“No necesitamos ese crédito. Nosotros somos los que luchamos contra el terrorismo. No tenemos relaciones y no hemos tenido contacto con ninguna institución estadounidense”, dijo.
Varios organismos y países como Rusia pusieron en entredicho la autenticidad del anuncio de EE.UU. de haber matado a Al-Bagdadi, incluso el portavoz adjunto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Farhan Haq, indicó que no se podía verificar la veracidad de la declaración de Washington.
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De otro lado, ha llamado la atención el hecho de que Al-Bagdadi fuera asesinado en el umbral de los venideros comicios presidenciales de EE.UU. Efectivamente, varios analistas evalúan que Trump se aprovecha de la muerte de Al-Bagdadi para intentar reducir su impopularidad y recabar más votos para su campaña electoral, así como para distraer la atención pública del impeachment (juicio político) impulsado por los demócratas en su contra.
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