Rusia ha cuestionado el “prediseñada” intervención militar de dichos países occidentales y ha afirmado que esta se ejecutó antes de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) iniciara sus investigaciones sobre el presunto ataque químico en la ciudad siria de Duma.
El presidente de Siria, Bashar al-Asad, por su parte, ha condenado los bombardeos de Washington, Londres y París contra el territorio sirio, al tiempo que ha asegurado que tal medida solo aumentará la determinación del pueblo y llevará a Damasco a intensificar la lucha contra los terroristas hasta derrotarlos.
Damasco y Moscú insisten en que el escenario del ataque del sábado es el mismo del ataque de abril de 2017 —ordenado por el presidente estadounidense, Donald Trump— contra la base aérea de Al-Shariat (en la provincia central de Homs), bajo la excusa de un supuesto ataque químico contra la ciudad de Jan Sheijun (en la provincia noroccidental de Idlib).
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