Washington amenaza desde hace días con una acción militar contra el Gobierno sirio en respuesta a un presunto ataque con armas químicas en Duma, en la región de Guta Oriental, y aliados como Francia y el Reino Unido están considerando unirse a EE.UU. en un eventual ataque a Siria.
Moscú, por su parte, alerta de que existe el riesgo de una guerra entre Rusia y Estados Unidos, si este último ataca Siria, ya que su país derribaría cualquier misil estadounidense disparado y atacaría el medio desde el cual sean lanzados.
Las tropas rusas tienen dos bases principales en Siria, la base aérea Hmeimim, cerca de la ciudad portuaria norteña de Latakia, y la base naval de Tartus en la parte norte de la costa siria. Ambas ubicaciones están cubiertas por misiles tierra-aire de largo alcance, incluidos los sistemas S-400 desplegados cerca de Hmeimim y los S-300VM que defienden a Tartus.
Estos dos sistemas de defensa antiaérea tienen un alcance reportado de hasta 400 km, dependiendo del misil utilizado, y están considerados entre los más avanzados sistemas antimisiles de largo alcance del mundo actualmente en servicio.
En complementación de esos interceptores se encuentran unos sistemas de rango más corto, incluyendo el Buk-M2 de rango medio y el Pantsir S1 de corto alcance, ambos diseñados para defender un lugar estratégico de cualquier amenaza, desde pequeños drones armados y aviones de vuelo bajo, hasta misiles balísticos tácticos.

El punto débil de los sistemas rusos de defensa aérea de largo alcance, según relató el jueves el portal ruso de noticias RT, es la adquisición de objetivos, que requiere una cobertura de radar adicional. En Siria, sin embargo, es poco probable que sea un problema, ya que Rusia tiene allí el radar aerotransportado A-50, complemento de los aviones de alerta temprana AWACS e informa que sus defensas aéreas se han integrado con los antiguos recursos soviéticos utilizados por las tropas sirias.
En todo caso, Estados Unidos podría tratar de abrumar a los sistemas rusos con una lluvia de misiles, pero la eficacia del ataque se reduciría significativamente. Y en un escenario de ataque de misiles limitado, los militares rusos pueden neutralizar la amenaza que representa y tomar represalias contra el origen de los misiles, que serían los destructores de misiles guiados estadounidenses o submarinos de ataque desplegados en el Mediterráneo.
Los militares rusos también son capaces de dar una respuesta limitada, utilizando equipos de guerra electrónica aerotransportados para hostigar a los barcos estadounidenses, arruinando su capacidad de adquisición de objetivo, geolocalización.
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