El Ministerio de Asuntos Exteriores sirio se dirigió el viernes, a través de dos misivas, a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y al Consejo de seguridad de Naciones Unidas (CSNU), donde reprochó el respaldo extranjero a las bandas extremistas, tras hacer una alusión a la última masacre de 40 ciudadanos drusos sirios en la provincia de Idlib, noroeste de Siria.
La matanza se produjo el miércoles en el pueblo de Qalb Loze en un área que está bajo el control de elementos del Frente Al-Nusra y otros grupos terroristas desde hace tres meses.
Este tipo de delitos de terrorismo no se puede llevar a cabo sin el apoyo de Arabia Saudí, Catar, el régimen de Israel, Jordania y Turquía, indicó la carta.
Asimismo, hizo hincapié en que el mencionado apoyo que incluye “armamento, entrenamiento y financiación” allana el camino para que los terroristas sigan cometiendo masacres repugnantes, y esto se considera como una violación flagrante de las resoluciones del CSNU vinculadas a la lucha contra el terrorismo.
Luego de criticar el “silencio absoluto” de algunos Estados miembros del CSNU acerca de estos crímenes terroristas sucedidos en Siria, la Cancillería siria, declaró que los terroristas, antes de la reciente masacre, han perpetrado muchas ejecuciones contra los civiles sirios en diversas provincias de este país árabe.
En este mismo contexto, al pedir al CSNU que no permita que las resoluciones antiterroristas se queden como “papeles mojados” urgió la necesidad de adoptar medidas serias al respecto y el cumplimiento verdadero de las referidas resoluciones.
Lo que genera más preocupación es llamar “oposición moderada” a los grupos armados en Siria por parte de algunos países, ya que esto da legitimidad a los crímenes que cometen estas bandas.
A modo de colofón, llamó a los Estados y naciones del mundo, a dar credibilidad en la lucha del Gobierno sirio contra el terrorismo y así asumir responsabilidad ante Siria y su pueblo.
Desde mediados de marzo de 2011, Siria lucha sola contra varios grupos terroristas, que gozan del respaldo de ciertos países regionales y occidentales como Arabia Saudí, Turquía y EE.UU., el resultado de esta batalla ha sido la muerte de más de 230.000 personas, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Entretanto, a mediados de febrero, Estados Unidos y Turquía llegaron a un acuerdo para entrenar y equipar en suelo turco a miembros de la llamada “oposición moderada” de Siria, término con el que ellos justifican el soporte que brindan a estos terroristas.
También a principios del mes en curso, el presidente del Parlamento de Siria, Mohamad Yihad al-Laham, afirmó que el apoyo de las autoridades de Riad, Ankara y Doha a los terroristas no es un secreto para nadie.
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