Según ha informado este viernes la cadena norteamericana NBC News, la víctima, identificada como Drene Keyes, recibió el sábado la vacuna contra la COVID-19 en una clínica de la ciudad de Newport News (Virginia, EE.UU.).
Drene, de 58 años, esperó unos 15 minutos en la clínica después de la inyección y mientras intentaba entrar en su auto le dijo a un compañero que “algo no está bien, algo no está bien”, ha detallado la fuente, para luego explicar que, tras esto, los médicos la trasladaron a la sección de urgencias.
Después de ser inyectada con la vacuna Pfizer, Drene se sintió incapaz de respirar, comenzó a vomitar, el líquido llenó sus pulmones y finalmente murió.
En declaraciones, la hija de la víctima ha dicho a la prensa. “Mi madre solo quería protegerse y no resultó así”, lamentó.
Esta mujer no es la única que ha muerto a causa de la vacuna Pfizer en EE.UU. El Sistema para Reportar Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) ha avisado que unas 55 personas habían fallecido en EE.UU. después de recibir las vacunas estadounidenses Moderna y Pfizer-BioNTech.
Es más, 33 personas sucumbieron en diferentes países europeos, luego de recibir la vacuna Pfizer. Ante esto, Noruega anunció que tal vacuna era “demasiado peligrosa” para los ancianos.
Según un estudio publicado el jueves por Zoe COVID, las personas infectadas por el coronavirus tienen el doble de posibilidades de sufrir efectos secundarios, tras administrarles la vacuna Pfizer.
Estados Unidos es el país más afectado por la enfermedad mortal en todo el mundo. Según las últimas cifras proporcionadas por el portal de estadísticas mundiales Worldometer, hasta la fecha, hay 27 350 401 personas infectadas por la COVID-19 en todo el país norteamericano de las que 469 119 perdieron la vida.
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