La exposición de la gestante al cigarrillo electrónico altera el desarrollo del cerebro y, en concreto, del córtex frontal, ha sostenido Judy Zelikoff, investigadora del Departamento de Medicina Ambiental en la Universidad de Nueva York (EE. UU.), durante la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, celebrada el jueves.
Según la especialista, ese producto tiene componentes que afectan a los genes de los que depende la formación del área del cerebro donde residirá el conocimiento y el juicio.
Los cigarrillos electrónicos producen más efectos secundarios en hembras que en machos, apreció Zelikoff en sus ensayos de laboratorio, siempre con animales. Las consecuencias ocasionadas fueron cambios de comportamiento, actividad y movilidad, explicó.
Además, añadió, el tabaco sin humo causó problemas hepáticos y cardíacos en ratones adultos que habían sido expuestos a este producto mientras se encontraban en fase de gestación.
Los científicos admiten que aún se tiene que demostrar que lo observado en ratones se pueda trasladar a los humanos.
Sin embargo, un colega de Zelikoff apuntó que la exposición al cigarrillo electrónico acelera la aterosclerosis, la principal causa de muerte de los fumadores de tabaco regulares.
Los efectos inmunológicos de los fumadores se repiten y se expanden en los que fuman tabaco sin humo, advirtió Daniel Conklin, del Departamento de Cardiología Ambiental de la Universidad de Louisville (Kentucky), apoyándose en la disminución de glóbulos blancos.
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