“Los funcionarios de Washington no ocultan que ejercen una presión sistemática sobre sus socios en la Organización de los Estados Americanos (OEA) para inducirlos a cortar los vínculos con nuestro país. La efectividad de estos esfuerzos, sin embargo, no es muy alta”, sostuvo el embajador de Rusia en Paraguay, Alexandr Písarev, en declaraciones concedidas a la agencia rusa de noticias Sputnik, publicadas el viernes.
Como ejemplo de esta escasa efectividad en las presiones de Estados Unidos, Písarev se refirió a la IX Cumbre de las Américas, que se celebró el junio pasado en Los Ángeles (California), donde ningún Estado latinoamericano se sumó a las sanciones contra Rusia.
De acuerdo con el diplomático ruso, Washington no descarta la doctrina Monroe, en sus planes para recolonizar América Latina. Este proyecto imperialista “ya no se aplica oficialmente, pero aún es percibida en los círculos gobernantes de Estados Unidos como un elemento básico de su política latinoamericana”, subrayó.
Rusia está aumentando sus relaciones con los países latinoamericanos en distintos ámbitos, entre ellos los tecnológicos, económicos y militares, en medio de las políticas agresivas de Estados Unidos contra ciertas naciones de la región.
Ante tal coyuntura, Washington acusa a Moscú de desafiar su influencia en América Latina, zona que considera su “patio trasero” y donde busca imponer nuevamente las políticas basadas en la doctrina Monroe.
Por lo tanto, EE.UU. no escatima ningún esfuerzo para obligar a los países latinoamericanos a unirse a las sanciones contra Rusia con amenazas y otras medidas.
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