En una sesión informativa mantenida este viernes, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha reaccionado a planes de Ucrania para aumentar el presupuesto militar del país a casi 12 mil millones de dólares el próximo año.
“Kiev parece estar preparándose para usar la fuerza militar para resolver el problema de Donbás [una república separatista del este de Ucrania], que es como lo dan en llamar, en lugar de poner fin a la guerra civil que se ha estado librando durante siete años”, ha denunciado la vocera rusa.
A su juicio, la medida del Gobierno de Kiev, presidido por Volodímir Zelenski, supone emprender una guerra contra los ciudadanos ucranianos. Ante tal situación, la diplomática rusa ha cuestionado cómo se puede esperar lograr la paz, mientras Ucrania ha incrementado su gasto de defensa en un 20 por ciento.
Al deplorar que la situación de la línea de contacto (entre las zonas bajo control del Gobierno ucraniano y los independentistas) en Donbás sigue empeorando, Zajárova ha señalado que, según los datos registrados por la Misión Especial de Vigilancia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), han tenido unas 7000 violaciones del alto el fuego solo en las últimas dos semanas.
“Es cinco veces más que en diciembre de 2020”, ha indicado la funcionaria rusa, para luego detallar que los disparos y explosiones, que acaecen cada tres minutos en la zona en cuestión, ponen en peligro la vida de la gente.
Esto, pese a que Kiev anunció el miércoles su intención de volver al alto el fuego en Donbás pactado en julio de 2020 tras una reunión virtual del Grupo de Contacto Trilateral, Rusia, Ucrania y la OSCE.
Desde 2014, la referida región es escenario de guerra entre los ucranianos y los independentistas prorrusos. No obstante, la tensión se ha disparado con acusaciones mutuas entre Rusia y Ucrania de movilización de tropas y preparativos para una posible ofensiva.
A su vez, el país euroasiático ha rechazado las alegaciones de Kiev sobre su interferencia en sus asuntos internos, dejando claro que no es parte del conflicto en Ucrania y acusa al Occidente, encabezado por EE.UU., de incitar a su país vecino a iniciar un nuevo conflicto con los independentistas y desestabilizar las fronteras rusas.
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