“Sobre esto solo podemos decir que es lamentable”, ha dicho este jueves el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El funcionario ruso ha reaccionado así a las declaraciones del director de Inteligencia Nacional de EE.UU., John Ratcliffe, quien apuntó el miércoles el dedo acusador a Irán y Rusia por presuntamente recabar datos de votantes estadounidenses para interferir en los comicios del 3 de noviembre.
Tales acusaciones “están llegando todos los días”, ha dicho Peskov para después clamar que “son completamente infundadas”.
Ratcliffe también arguyó que Irán había mandado correos electrónicos diseñados “para intimidar a los votantes, incitar a los enfrentamientos en las calles y dañar al presidente Donald Trump”.
No obstante, Teherán y Moscú han rechazado todo injerencismo en los comicios de EE.UU. Incluso, la Republica Islámica de Irán ha convocado esta misma jornada al embajador de Suiza, Marcos Lightner, como representante de los intereses de Estados Unidos en el país persa para trasladarle una enérgica protesta por los nuevos infundios de la Administración de Trump.
Las autoridades iraníes han recalcado que, para Teherán, no importa quién entre en la Casa Blanca, sea el actual presidente o el candidato demócrata, Joe Biden.
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