Serguéi Lavrov ha explicado este viernes que, apenas Navalni se sintió mal a bordo del avión, “se tomaron medidas urgentes de aterrizaje”. En el aeropuerto lo esperaba una ambulancia que lo trasladó inmediatamente al hospital de la ciudad rusa de Omsk, “donde lo conectaron enseguida a un ventilador y se tomaron otras medidas necesarias”, ha detallado.
Desde el 22 de agosto, que el opositor se encuentra en Alemania, Moscú “sigue sin información”. “No tenemos nada que ocultar (…) Todo ocurre de acuerdo con los viejos escenarios en que nos acusan públicamente, cuando dejan sin respuesta nuestra solicitud oficial de recurrir a los tratados de ayuda legal y proporcionar los datos para responder a las preguntas de la Fiscalía General rusa”, ha recalcado Lavrov.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a su vez, ha declarado que Rusia está interesada en aclarar las causas de lo sucedido con Navalni, pero necesita la información de Alemania.
El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, informó el miércoles que los análisis toxicológicos realizados por un laboratorio de las Fuerzas Armadas de Alemania muestran que Navalni —actualmente en tratamiento en el hospital universitario Charité-Universitätsmedizin de Berlín— fue envenenado con el gas nervioso novichok. Rusia, no obstante, asegura que nunca ha producido ese tipo de sustancia tóxica.
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