“No es ningún secreto el hecho de que unas fuerzas de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] estén preparando revoluciones de colores en determinados países de la OTSC [Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, integrada por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán] con el fin de llevar al poder los regímenes controlados por el Occidente”, ha dicho el subsecretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Rashid Nurgalíev, en una entrevista concedida este martes a un medio ruso.
Ha añadido que la práctica muestra que en la cooperación de terceros países con la OTAN siempre está presente un elemento antirruso, pues su objetivo es, según el funcionario, provocar divisiones entre los miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva.
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La OTSC es una alianza militar internacional encaminada a mejorar la cooperación de seguridad entre los Estados miembros y su objetivo clave es luchar contra el terrorismo internacional y otras amenazas de seguridad.
No es ningún secreto el hecho de que unas fuerzas de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] estén preparando revoluciones de colores en determinados países de la OTSC [Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, integrada por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán] con el fin de llevar al poder los regímenes controlados por el Occidente”, dice el subsecretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Rashid Nurgalíev.
El término “revolución de color” se usa en términos generales para referirse a los cambios de regímenes respaldados por el Occidente que tuvieron lugar en algunos países de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y los Balcanes, incluidas la “revolución naranja” de Ucrania y la “revolución rosa” de Georgia.
Los lazos bilaterales de Moscú y la OTAN han experimentado un deterioro a niveles nunca vistos desde el inicio de la crisis ucraniana en 2014. Ambas partes se acusan mutuamente de llevar a cabo actos hostiles y hasta se amenazan con ataques nucleares.
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EE.UU., que encabeza el bloque militar occidental, ha desplegado armas y militares en los países bálticos, fronterizos con Rusia, con el pretexto de plantar cara a “la amenaza rusa”.
Moscú denuncia que la expansión militar de la Alianza Atlántica cerca de sus fronteras supone una amenaza directa a su seguridad nacional y, por tanto, asegura que dará una respuesta contundente.
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