“La parte rusa va a estudiar la elaboración de medidas de retorsión contra este nuevo paso hostil de Washington”, ha anunciado hoy jueves la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajárova, en una rueda de prensa.
El Departamento de Estado de EE.UU. anunció ayer la imposición de nuevas sanciones a Moscú, alegando una implicación en el ataque químico al ex doble agente ruso Skripal y su hija Yulia de marzo pasado en Salisbury, en el sur del Reino Unido.
La portavoz ha criticado a las autoridades estadounidenses por haber elegido “deliberadamente el camino de la confrontación” con Rusia, enfoque del que ha dicho que ha reducido las relaciones bilaterales prácticamente “a cero”.
La parte rusa va a estudiar la elaboración de medidas de retorsión contra este nuevo paso hostil de Washington”, ha asegurado la portavoz de la Cancillería de Rusia, María Zajárova, después de anunciar el Departamento de Estado de EE.UU. la imposición de nuevas sanciones a Moscú por el caso Skripal.
Además, Zajárova ha recordado a EE.UU. que Moscú considera “inútil y sin perspectivas” cualquier diálogo “desde la posición de la fuerza y los ultimátums”, y ha lamentado que una parte de la élite política estadounidense esté actuando para “autodestruirse”.
“Toda esta pirámide acusatoria se construye en ausencia de una base legal”, “como un instrumento para seguir demonizando a Rusia”, ha agregado la alta funcionaria del Kremlin.
Las autoridades rusas, ha denunciado Zajárova, están siendo acusadas directamente de haber utilizado la sustancia neuroparalítica militar Novichok sin que Londres haya podido hasta ahora proporcionar prueba alguna de la implicación de Moscú.
En paralelo a las declaraciones de la portavoz de la Cancillería, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha desestimado el efecto de los nuevos embargos estadounidenses asegurando que el sistema financiero de Rusia seguirá estable.
Moscú siempre ha rechazado las acusaciones en su contra y pedido a los británicos que muestren las pruebas de la supuesta implicación rusa.
El ataque de Salisbury provocó una nueva ola de tensión diplomática y causó la mayor expulsión occidental de diplomáticos rusos desde la Guerra Fría, como resultado del apoyo de los aliados de Londres. Por su parte, Rusia actuó de manera simétrica expulsando a diplomáticos de países occidentales.
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