Voluntarios, nunca faltan, y ahora, por supuesto, tampoco. Personas que sacan lo mejor de sí mismas para ponerlo al servicio de los demás, esta vez, han formado grupos de costura de máscaras y batas para quienes trabajan en los hospitales.
Todo está financiado y apoyado por los voluntarios. Las materias primas cuentan con los indicadores confirmados por el Ministerio de Salud. Envían cada día unas 2000 mascarillas y batas a centros especiales para someterlos al proceso de higiene y esterilización y luego estarán a disposición del personal de hospitales.
Son voluntarias organizadas por la Fuerza de Resistencia Popular de Irán (Basich), quienes desde la expansión del COVID-19, en diferentes ciudades de Irán entraron a la escena para ayudar en cualquier campo que sea necesario.
Dicen que la próxima fase de sus actividades será a partir del 8 de abril, cuando quizá termine el plan de la distancia social, el llamado plan de cribado, y empezará la distancia intelectual, según la cual algunos negocios y centros de servicio o religioso retomarán sus actividades bajo una serie de protocolos.
Van a instalar stands en las calles concurridas donde distribuirán gel desinfectante, se controlará la fiebre, y se darán consejos sanitarios a la gente, entre otras.
Samaneh Kachui, Teherán.
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