La resolución sobre derechos humanos impulsada por Canadá, una manifestación anual contra la República Islámica de Irán en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), ha sido aprobada nuevamente este año en el organismo en medio de un escepticismo generalizado.
La resolución antiraní de este año propuesta por Canadá en la AGNU recibió sólo 80 votos a favor, mientras que 27 naciones la rechazaron y 68 se abstuvieron de votar el martes, hora local.
La misma resolución había recibido sólo 77 votos a favor en el tercer comité de la Asamblea General el 20 de noviembre, lo que significa que el número total de votos en contra y abstenciones fue de 94.
La resolución, de motivación política, presentada cada año por Canadá, se examinó por primera vez en la sesión del tercer comité de la AGNU en el tema “Situaciones de derechos humanos e informes de relatores y representantes especiales”.
La República Islámica de Irán siempre ha rechazado la “resolución injusta y políticamente motivada” sobre la situación de los derechos humanos en el país.
En la sesión del martes de la Asamblea General de la ONU, Irán rechazó una vez más la resolución, calificándola de parcial e injusta.
En noviembre, la representante permanente adjunta de Irán ante la ONU, Zahra Ershadi, criticó la resolución patrocinada por Canadá adoptada por la Tercera Comisión de la Asamblea General, diciendo que cuestionar los derechos humanos de Irán muestra los dobles estándares de Occidente.
Si bien reconocemos que siempre hay margen de mejora, es necesario destacar el carácter selectivo, sesgado e hipócrita de esta resolución, indicó Ershadi, añadiendo que “el año pasado, el ex embajador de Canadá apenas pudo ocultar su decepción cuando planteé los abusos de los derechos humanos en su país y sus aliados”.
La diplomática iraní destacó el cuestionable historial de derechos humanos de Canadá, señalando el “silencio ensordecedor” de Ottawa sobre los ataques terroristas de Daesh contra Irán, y citó algunos incidentes como el ataque contra peregrinos en el Santuario Shah Cheragh en la ciudad sureña de Shiraz, así como dos explosiones terroristas cerca del santuario del ícono antiterrorista de Irán, el general Qasem Soleimani.
La embajadora adjunta de Irán ante la ONU también insinuó los esfuerzos sistemáticos de Canadá para obstruir los procesos democráticos iraníes al negarse a permitir que los expatriados iraníes voten, y dijo que un gran número de iraníes que viven en Canadá viajaron a países vecinos para votar.
Condenó la hipocresía de los patrocinadores de la resolución -Canadá, Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania- diciendo que los mismos países han estado respaldando “las atroces atrocidades cometidas por el régimen usurpador israelí y asesino de niños” en Gaza.
Ershadi enfatizó que su país, Irán, sigue firme en su compromiso de promover y proteger los derechos humanos.
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