En declaraciones realizadas este domingo en un programa televisivo, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, ha afirmado que el Ejército sirio tenía la responsabilidad de proteger al país y que Irán no considera que tuvo obligación alguna en ese sentido.
“El gobierno sirio tampoco esperaba esto de nosotros, porque se trataba de un asunto interno, la relación del gobierno con los grupos de oposición y el pueblo del país”, ha agregado subrayando que Irán sólo proporcionaba orientación y asesoramiento.
Al respecto, ha indicado que una de las recomendaciones serias que hizo siempre Irán al gobierno sirio fue dialogar e interactuar con los grupos opositores y tratar de resolver los problemas de manera pacífica sin dañar al pueblo.
El máximo diplomático iraní ha declarado que las conversaciones de paz de Astaná fueron en gran medida en esa dirección. “El objetivo de este proceso era proporcionar una base para que los tres países garantes [Irán, Rusia y Turquía], que de alguna manera están involucrados en los acontecimientos internos de Siria, ayuden a las reformas y logren soluciones políticas”, ha recalcado.
Araqchi ha informado que el sábado se celebró la última reunión de este proceso en Doha, capital catarí, que fue en línea con dichos objetivos. “El proceso de Astaná buscaba ayudar a reducir las tensiones y promover reformas internas en Siria a través de la cooperación de estos tres países”, ha matizado.
En cuanto a la situación actual en Siria, el canciller iraní ha sostenido que la cuestión más importante acordada por las partes es facilitar el diálogo político entre el Gobierno sirio y los grupos legítimos de la oposición.
Los cancilleres de Irán, Rusia y Turquía se reunieron el sábado en Doha para abordar los acontecimientos en Siria tras el resurgimiento de la militancia en el país árabe.
Sin embargo, el domingo, los rebeldes tomaron el control de Damasco, la capital, y el presidente Bashar al-Asad dimitió y dio instrucciones para una transición pacífica del poder.
Por medio de un comunicado, el Ministerio de Exteriores de Rusia informó este domingo que Al-Asad había renunciado y abandonado Siria, pero no proporcionó detalles sobre a dónde había ido.
Sin embargo, más tarde ese mismo día, los medios rusos informaron que Al-Asad llegó a Moscú junto con su familia.
Su salida se produjo después de que los grupos armados arrasaron el país en una ofensiva. Primero, capturaron Alepo en el noroeste y luego avanzaron hacia el sur, hacia las ciudades clave de Hama y Homs antes de asaltar Damasco.
La salida de Al-Asad genera inquietud sobre quién dirigirá Siria, un país que ha lidiado durante años con grupos armados apoyados desde el extranjero y con facciones rivales que compiten por el control de diferentes áreas del país.
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