El domingo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reconoció por primera vez la implicación de Israel en los ataques con buscapersonas y walkie-talkies ocurridos en septiembre en Líbano, que resultaron en al menos 40 muertos y más de 3500 heridos.
Al respecto, el embajador de la República Islámica de Irán en Beirut, Moytaba Amani, quien resultó herido en el referido ataque israelí, aseveró en una entrevista televisiva el martes que el Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá) adquirió aparatos de comunicación, los llamados buscapersonas, pero que no fueron utilizados para fines militares.
Estos dispositivos fueron entregados a propietarios de tiendas, administradores de escuelas e incluso a escuelas iraníes, detalló el diplomático persa, al responder sobre la sospecha de que los buscapersonas solo eran utilizados por miembros de Hezbolá.
El diplomático iraní calificó de falsa esa afirmación y confirmó que los buscapersonas eran muy utilizados por los civiles. “No soy militar, pero me dieron este dispositivo para avisar en caso de emergencia”, acentuó.
Asimismo, el embajador iraní subrayó que entre los mártires y heridos en ese incidente había mujeres y niños, lo que demuestra que la gente común también utilizaba estos dispositivos. “Estos dispositivos fueron diseñados de tal manera que podrían explotar automáticamente después de unos segundos, incluso si no estaban en uso”, señaló respecto al ataque israelí.
En este sentido, Amani reiteró que “el uso de explosivos y materiales militares en dispositivos de uso civil está prohibido y se considera un crimen de guerra. Se trata de un crimen cometido por los sionistas, como Netanyahu ha confirmado ahora tras reiteradas mentiras”, remarcó.
El embajador iraní era una de las 96 personas que fueron trasladadas a Teherán para recibir tratamiento a sus heridas por la explosión de uno de esos aparatos.
“El lado derecho de mi cara resultó más dañado. Mi ojo derecho también resultó dañado y necesita más tiempo para recuperar su capacidad anterior”, confirmó Amani sobre sus heridas.
En la misma línea, Amani puso de relieve que se siente orgulloso de que su sangre se haya mezclado con la sangre del pueblo libanés y de quienes utilizaron estos artefactos con fines civiles.
Entre el 17 y el 18 de septiembre, el Líbano fue escenario de una escalofriante operación terrorista orquestada por la entidad sionista, cuando miles de buscapersonas y sistemas de comunicación inalámbrica explotaron, dejando cientos de muertos y heridos.
Las Naciones Unidas y muchos otros países en todo el mundo han condenado el ataque, tachándolo de inaceptable por su impacto masivo sobre los civiles inocentes.
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