“Probar lo ya probado es un error; la ‘presión máxima’ de Trump fracasó en nuestro país, y lo que nos importa son los hechos, no las palabras; juzgamos por las acciones. Le aconsejamos al Sr. Trump que tenga en cuenta la experiencia y luego adopte una nueva política [con respecto a Irán]”, ha dicho este martes la portavoz del Gobierno iraní, Fateme Mohayerani, durante una rueda de prensa en Teherán.
La anterior Administración estadounidense, presidida por Trump (2017-2021), mantuvo una campaña de “presión máxima” sobre Irán desde que abandonó, en mayo de 2018, el acuerdo nuclear firmado con Teherán en 2015.
La campaña implicó la reanudación de los embargos económicos que se habían levantado en virtud del acuerdo nuclear. Con la imposición de las “sanciones más duras de la historia”, según sus propias palabras, el magnate republicano intentó, sin éxito, estrangular la economía iraní, “reduciendo a cero las exportaciones del país persa, el petróleo en concreto”, y cambiar el Sistema de la República Islámica.
Sin embargo, aunque los embargos presionaron a la nación, la economía del país ha alcanzado un crecimiento significativo, el programa nuclear pacífico del país sigue desarrollando sin retraso y las exportaciones de petróleo de Irán batieron récord en los últimos años.
Incluso algunos responsables del anterior Gobierno de Trump, entre ellas la exsubsecretaria de Estado de EE.UU. Wendy Sherman, admiten que la “presión máxima” contra Irán fue una campaña “costosa y dolorosa” para el país norteamericano.
Ante tal coyuntura, Mohayerani ha señalado que el Gobierno iraní “está elaborando todos los escenarios para distintas condiciones económicas y se esfuerza por considerar los intereses nacionales junto con los objetivos de la Revolución Islámica”.
En esta línea, la vocera del Ejecutivo ha instado al nuevo presidente de Estados Unidos a “evitar cualquier camino equivocado que perjudique los derechos de la nación iraní”.
Sobre la posibilidad de “negociaciones directas” entre Teherán y Washington, la política ha informado que el Gobierno hará “todo lo que sea necesario para los intereses nacionales y los objetivos de la Revolución” bajo la dirección del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
El Gobierno iraní, en reacción a la victoria de Trump en los comicios del país norteamericano, ha puesto de relieve que quien dirija las riendas del poder en la Casa Blanca no supone ninguna diferencia para Teherán.
Las autoridades iraníes han dejado claro que actuarán en base de los intereses nacionales del país y consideran que los resultados de las “elecciones son una oportunidad para revisar y corregir los enfoques erróneos del pasado” hacia el país persa.
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