Masud Pezeshkian ha condenado este miércoles el ciberataque masivo llevado a cabo el martes por el régimen israelí que resultó en la explosión simultánea de miles de buscapersonas en El Líbano, utilizados por los libaneses. El crimen se saldó con al menos 12 muertos, incluidos dos menores, y causó otros 3000 heridos.
“Utilizar herramientas, creadas tradicionalmente para mejorar la comodidad y el bienestar humano, para cometer actos de terrorismo y aniquilar a aquellos que no están alineados [ideológicamente] con nosotros, muestra la decadencia de la humanidad y el predominio de la barbarie y la criminalidad”, ha denunciado el mandatario persa en su intervención en una reunión con su gabinete ministerial en Teherán.
El trágico incidente constituye una “vergüenza para Occidente, con Estados Unidos a la cabeza”, ha dicho el presidente, para luego añadir que el suceso puso al desnudo las mentiras de Occidente sobre su supuesto apoyo al restablecimiento de la paz en Asia Occidental.
“Este evento una vez más demostró que, aunque los países occidentales y los estadounidenses afirman públicamente estar buscando un alto el fuego, en la práctica apoyan completamente los crímenes, las masacres y los asesinatos ciegos del régimen sionista”, ha matizado.
El jefe del Gobierno ha hecho hincapié en que sólo con “la unidad y cohesión de los musulmanes y los países islámicos” se puede poner fin a los crímenes del régimen sionista y sus partidarios contra el pueblo palestino y el mundo islámico.
El ataque criminal se llevó a cabo en medio de una escalada de tensiones entre el Movimiento de Resistencia Islamica de El Líbano (Hezbolá) e Israel que se enzarzan en escaramuzas casi diarias desde el 8 de octubre, un día después de que el régimen sionista inició una brutal guerra en la Franja de Gaza, que ha dejado hasta el momento más de 41 272 palestinos muertos.
La milicia élite libanesa ha prometido continuar sus operaciones contra posiciones militares israelíes en solidaridad con Gaza, al tiempo que ha advertido que Israel afrontará con “severo ajuste de cuentas” por la matanza cometida con bíperes.
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