El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Naser Kanani, ha recordado el aniversario de la tragedia del 3 de julio de 1988, cuando un Airbus A300 de la aerolínea Iran Air, con 290 personas a bordo, entre ellos 66 niños y 53 mujeres, fue derribado por un misil disparado desde un buque de la Armada estadounidense mientras sobrevolaba el Golfo Pérsico.
“Este horrible crimen demostró que el régimen estadounidense no rehúye de cometer ningún tipo de crimen para lograr sus objetivos ilegítimos, a pesar de todos los reclamos de derechos humanos”, ha subrayado el vocero.
Asimismo, ha cargado contra Estados Unidos, señalando que no solo no se disculpó por este horrible crimen, sino que le otorgó una medalla de la valentía al comandante del barco que dio la orden de disparar contra el avión iraní.
Para justificar este crimen imperdonable, las autoridades estadounidenses hicieron declaraciones contradictorias, tratando de ponerlo como un error. Pero dado que el acorazado Vincennes estaba equipado con los sistemas informáticos y de radar más avanzados y era posible determinar claramente el tipo de aeronave, quedó claro que se excluyó la posibilidad de equivocaciones, por tanto, la operación fue completamente hostil.
Cada año en este día, las familias de las víctimas del ataque y las autoridades honran la memoria de las víctimas de este crimen visitando el sitio en las aguas del Golfo Pérsico donde cayó el avión.
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