A través de una nota emitida este domingo en su cuenta en Twitter, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Neser Kanani, ha subrayado también la escalada de crisis, rupturas internas y protestas públicas en el frente antiraní occidental-sionista, la creciente solidaridad y autoridad del Frente de Resistencia y la desesperanza de los grupos antirrevolucionarios activos fuera del país.
El diplomático ha celebrado que todos estos acontecimientos han coincidido con la llegada del Año Nuevo persa (o Noruz, que marca el primer día de la primavera) y del mes del ayuno, Ramadán, el noveno mes del calendario lunar: “Con abril bueno no hay año malo”, ha apostillado.
Las autoridades iraníes denuncian que los países occidentales y los sionistas han lanzado una “guerra híbrida” contra la República Islámica, alegando defender los derechos de las mujeres para levantar el descontento popular y desestabilizar el país persa.
Además, Irán ha desarticulado diferentes bandas de espionaje contratadas por el régimen de Israel, países europeos y EE.UU., así como los aliados regionales de potencias hegemónicas, que no escatiman ningún apoyo a los grupos terroristas anti-Irán en Europa y EE.UU.
El acercamiento entre Irán y Arabia Saudí es otro gran revés y golpe duro para Israel y Estados Unidos, los dos principales enemigos de Irán. Los países de la zona saludaron de manera unánime el acuerdo y aseguraron que traería paz y estabilidad a Asia Occidental, azotada por décadas de conflictos e injerencias de Estados Unidos y sus aliados occidentales.
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