Coreando consignas contra la hipocresía del Occidente, encabezado por Estados Unidos, unas 200 ciudadanas iraníes han cuestionado al bloque occidental por haber enviado armas químicas a Irak durante la guerra que mató a miles iraníes, y ahora defender los derechos humanos y de las mujeres.
“Pongan fin al feminicidio en Francia. Cada tres días, una mujer es asesinada en Francia”, se lee en una de las pancartas que llevaban las manifestantes.
Las indignadas han denunciado también el apoyo de Occidente al terrorismo y los alborotadores en los recientes disturbios.

Irán fue elegido en marzo como miembro de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de 45 miembros, durante una votación legal y transparente, en la que obtuvo 43 votos a favor.
Sin embargo, desde hace más de un mes, Estados Unidos lleva presionando a los países para sacar a Irán de dicha comisión, acusándolo de supuestamente “reprimir” las protestas en la República Islámica y “vulnerar” los derechos de sus ciudadanas.
Irán ha tachado de “una acción ilegal y motivada políticamente” los intentos de Estados Unidos y algunos países europeos por bloquear la participación de Irán en la comisión.
Ha denunciado que los países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que pretenden defender los derechos humanos, han cometido un sinnúmero de crímenes contra los Gobiernos y naciones de Estados independientes durante la historia, y ahora recurren a herramientas de derechos humanos para ejercer presión política a las naciones soberanas.
Teherán siempre ha alertado que las asfixiantes sanciones occidentales constituyen el principal problema para la nación iraní, incluso las cataloga como la peor violación de los derechos humanos, puesto que prohíben el acceso a comidas, equipos médicos e incluso medicina, privando a la gente de llevar una vida digna y sana.
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