El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU), con sede en Ginebra (Suiza), ha celebrado este miércoles un “debate urgente” para decidir acerca de la creación de una comisión internacional que investigue el racismo y la violencia policial a los que están sometidos los afrodescendientes en EE.UU.
“Irán respalda la idea de celebrar esta reunión (…) y cree que la capacidad, los recursos y la energía de los mecanismos de los derechos humanos, afiliados a las Naciones Unidas, deben ser utilizados para la lucha contra los fenómenos como el racismo”, ha aseverado esta misma jornada el portavoz de la Cancillería iraní, Seyed Abás Musavi.
Tras enfatizar que Irán siempre ha sido pionero en la lucha contra el racismo, Musavi ha insistido en la necesidad de la erradicación del racismo sistemático en varios lugares del mundo, ente ellos EE.UU.
El vocero del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores ha denunciado, asimismo, que, además del pueblo y la sociedad estadounidenses, que son víctimas del racismo y la injusticia de sus gobiernos, otras naciones del mundo también han pasado por “experiencias amargas” de comportamientos y prácticas discriminatorios, así como la opresión e injusticia de las Administraciones estadounidenses.
“El pueblo palestino ha sido víctima de la discriminación y del racismo en las últimas décadas”, ha criticado Musavi, antes de señalar que la actual crisis que sufre EE.UU. es el resultado del racismo sistemático y la injusticia que ha existido en los pilares y las estructuras del sistema político estadounidense.
Aunque el racismo es uno de los temas y agendas más antiguos abordados en las Naciones Unidas, hoy el mundo es testigo de tales atrocidades y crueldades en EE.UU., ha lamentado. Por ello, ha destacado que la lucha contra el racismo debe entrar en una nueva era, para que finalmente podamos ver el día en el que nadie, en ninguna parte del mundo, sea víctima del racismo.
Desde hace semanas, EE.UU. es testigo de protestas contra el racismo a raíz del brutal asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco. Lejos de emprender reformas en el sector de la Policía, el Gobierno estadounidense desplegó miles de soldados en todo el país y ordenó una dura represión contra las movilizaciones.
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