“El Gobierno del Reino Unido debe contener a aquellas fuerzas políticas internas que buscan escalar las tensiones existentes entre Irán y el Reino Unido, más allá del tema de los barcos”, ha alertado este domingo el embajador iraní en Londres (capital británica), Hamid Baidineyad, por medio de un mensaje en Twitter.
Baidineyad ha reaccionado, de este modo, a los informes que apuntan a la intención de Londres de recuperar las sanciones contra Irán que fueron retiradas en virtud del acuerdo nuclear firmado en 2015, en reacción a la retención, el viernes, de un petrolero británico por las fuerzas iraníes.
El diplomático persa ha considerado esa posible medida “peligrosa e imprudente, en un momento delicado para la región”.
Sin embargo, en otra parte de su tuit, el embajador iraní ha manifestado la firmeza de la República Islámica, asegurando que el país persa “está listo para diferentes escenarios”.
El opositor Partido Laborista del Reino Unido ha adoptado este mismo domingo un tono parecido al pedir que el Gobierno británico no se convierta en el “mensajero” ni en el “secuaz” del presidente estadounidense, Donald Trump, abogando por que Londres juegue un “papel positivo” a favor de la reducción de las tiranteces sobre el acuerdo nuclear.
El Gobierno del Reino Unido debe contener a aquellas fuerzas políticas internas que buscan escalar las tensiones existentes entre Irán y el Reino Unido, más allá del tema de los barcos”, dice el embajador iraní en Londres, Hamid Baidineyad.
UK government should contain those domestic political forces who want to escalate existing tension between Iran and the UK well beyond the issue of ships. This is quite dangerous and unwise at a sensitive time in the region. Iran however is firm and ready for different scenarios.
— Hamid Baeidinejad (@baeidinejad) July 21, 2019
El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, por su parte, instó el sábado al Reino Unido a “dejar de ser cómplice del terrorismo económico de Estados Unidos”, país que mantiene sobre Irán un duro régimen de embargos.
Desde principios de julio, Londres y Teherán mantienen un tira y afloja en torno al tema de la incautación, por ambas partes, de petroleros. El 4 de julio, la Marina Real británica capturó el buque cisterna Grace 1, cargado con crudo iraní, en aguas españolas del estrecho de Gibraltar, cuyas autoridades alegan que la embarcación violó las sanciones de la Unión Europea (UE) al transportar petróleo a Siria. Teherán desmiente la versión británica y afirma que la embarcación no se dirigía al país árabe.
A su vez, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán informó el viernes de la detención del petrolero Stena Impero por haber violado la ley marítima internacional cuando atravesaba el estrecho de Ormuz, situado en el Golfo Pérsico.
Irán denuncia que el Stena Impero violó las normas de navegación poniendo en peligro a otros barcos. De hecho, antes de ser retenida, la embarcación no seguía la travesía que tenía marcada, sino que estaba siguiendo la ruta prevista para la salida de las embarcaciones del Golfo Pérsico.
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El secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt, habló el sábado por teléfono con Zarif sobre la retención del petrolero y pidió que Irán libere la embarcación.
No obstante, Zarif dejó en claro que el proceso de detención del petrolero británico deberá agotar su “recorrido legal” antes de decidir su posible liberación.
A este mismo respecto, Allah Morad Afifipur, director de la Organización de Puertos y Navegación Marítima de la provincia de Hormozgan (sur iraní), ha dicho este mismo domingo que el destino a correr por el petrolero británico —que ahora se halla anclado en el puerto iraní de Bandar Abás— dependerá de la cooperación de su tripulación a lo largo de las investigaciones que se lleven a cabo.
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