El representante especial del Departamento de Estado de EE.UU. para Irán, Brian Hook, ofreció el lunes una entrevista a Alhurra TV y opinó que el viaje del presidente de Irán, Hasan Rohani, a Bagdad, la capital de Irak, “no beneficiaba” en modo alguno a los iraquíes. Además, advirtió que Washington sancionará “cualquier actividad castigable”, ocurra donde ocurra, en el mundo.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Bahram Qasemi, ha reaccionado este martes a dichos comentarios diciendo que EE.UU. debe abandonar los hábitos a los se ha acostumbrado por décadas, como demandas excesivas, y aceptar que ya terminó, “hace tiempo, la era de la injerencia y de dictar a otros países lo que deben hacer”.
“Irán e Irak han optado por mantener unos lazos basados en la buena vecindad y las relaciones estratégicas, y definitivamente, no le pedirán permiso a nadie para preservar este tipo de vínculos”, ha matizado Qasemi.
El diplomático persa ha considerado, no obstante, que “la ira” mostrada por el funcionario estadounidense no resulta para nada “extraña” dado que su país ha empleado varios billones de dólares en el oeste de Asia sin que haya logrado una posición “favorable” entre los pueblos regionales. La razón, de acuerdo con el diplomático iraní, “definitivamente” radica en “las políticas agresivas e injerencistas y el militarismo” de Washington.
Irán e Irak han optado por mantener unos lazos basados en la buena vecindad y las relaciones estratégicas, y definitivamente, no le pedirán permiso a nadie para preservar este tipo de vínculos”, ha indicado el portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi, en reacción a las observaciones injerencistas del representante especial del Departamento de Estado de EE.UU. para Irán, Brian Hook, sobre el viaje del presidente de Irán, Hasan Rohani, a Irak.
Irán e Irak, según Qasemi, son países soberanos, cuyos Gobiernos son elegidos en las urnas, y sin duda alguna “tienen el poder de distinguir sus intereses y bienes”, por lo que no necesitan esperar a que “un país, que tiene a sus espaldas una negra historia de agresiones, guerras y destrucción, les dicte, desde miles de kilómetros de distancia, lo que deben hacer”, ha recalcado.
El destacado funcionario persa ha añadido también que ambos países, que comparten largas fronteras y cuentan con una importante e histórica civilización, mantienen lazos estratégicos y harán todo lo que esté en su mano para preservarlos.
Distintos expertos políticos y analistas han comparado el viaje de Rohani a Irak con la visita relámpago de unas dos horas —realizada el pasado 26 de diciembre— de su homólogo estadounidense, Donald Trump, a dicho país árabe.
El avión del mandatario de EE.UU. aterrizó en mitad de la noche en la base aérea de Ain al-Asad, en la provincia iraquí de Al-Anbar (oeste), donde están radicadas las tropas estadounidenses. Las autoridades iraquíes se negaron a recibirlo dado que se trataba de una visita no coordinada.
A diferencia del inquilino de la Casa Blanca, el presidente iraní sí fue recibido el lunes con honores militares, y alfombra roja incluida, en el palacio presidencial. Durante los tres días de su estancia en el país árabe, Rohani tiene programado entrevistarse con varios responsables de alto rango y algunos líderes religiosos de Irak.
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