En estado de emergencia se mantiene la mayor parte del territorio de Perú a consecuencia de las intensas lluvias, que generan crecidas de ríos, inundaciones y aludes, según notificaron fuentes oficiales.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología además emitió un aviso de nivel naranja que alerta de un posible aumento en las precipitaciones en 21 regiones, desde el 28 de febrero hasta el 2 de marzo, tras las constantes precipitaciones de las últimas semanas, que tomaron por sorpresa a la ciudadanía.
Las brigadas de rescate activadas para la contingencia utilizan maquinarias pesadas para llegar a sitios intransitables, incluso se auxilian de embarcaciones rústicas para acceder hasta donde quedaron personas aisladas y trasladarlas a sitios más seguros. La situación es difícil para todos, fundamentalmente por el peligro que supone atravesar los ríos crecidos que se convierten en un peligro latente.
Desde el inicio de la temporada de lluvias en diciembre de 2024, la infraestructura también ha sufrido graves daños. Se evidencian mil 604 viviendas destruidas; 9 767 inhabitables y más de 50 mil afectadas.
En adición, se reportan casi 18 kilómetros de vías urbanas destruidas, 302 puentes vehiculares afectados y otras 67 conexiones completamente destruidas. En el sector educativo y de salud, 26 aulas y 27 establecimientos médicos sufrieron daños significativos. Mientras, el sector agrícola perdió 1 955 hectáreas de cultivo y más de 7 000 cabezas de ganado.
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