Tras el ofrecimiento que hiciera el presidente José Raúl Mulino al secretario de estado de Estados Unidos de una zona que comprende la pista de aterrizaje de Metetí en la provincia de Darién para, desde ahí, llevar adelante su programa de repatriación de migrantes, las críticas llegaron enumerando una diversidad de motivos.
Desde su llegada al poder, el presidente panameño ha manejado un estrecho vínculo con Estados Unidos para tratar el tema migratorio, manteniendo la fronteriza provincia de Darién en el eje de la discusión.
Sin embargo, las denuncias de persecución contra estudiantes y dirigentes sociales también llevan a los miembros de organizaciones populares a preocuparse de la posible presencia militar o de inteligencia estadounidense en Panamá, solapada bajo el “combate a la migración irregular”.
Y es un temor que, según narró la propia Corea durante el último encuentro de dirigentes sociales de Panamá, ya se ha manifestado con quienes realizaron protestas para rechazar la visita de Marco Rubio el pasado 31 de enero.
Desde la Ciudad de Panamá, John Alonso.
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