El informe preliminar levantado por la Coordinación de Derechos Humanos tras los incidentes violentos durante las manifestaciones de los días 30 y 31 de octubre en Panamá, constata distintos tipos de violaciones contra el derecho de los manifestantes como tortura psicológica, detenciones arbitrarias o abuso de fuerza policial.
Este comportamiento, agregan los denunciantes, forma parte de un patrón repetido en distintas manifestaciones sociales a través los últimos años y guarda relación con el accionar de distintas fuerzas policiales o militares en la región.
El documento también señala la falta de protocolos adecuados, no solo por parte de los agentes de la fuerza pública, sino en el manejo que se dio a la crisis desde el Ejecutivo, principalmente desde el Ministerio de Seguridad; una característica observada de manera consecuente en el manejo de conflictos por distintas administraciones.
Las denuncias oficiales de posibles infiltrados para provocar vandalismo también han profundizado la desconfianza, más aún cuando se intenta sugerir el financiamiento desde el extranjero de grupos específicos de los que no se ha brindado información veraz públicamente.
John Alonso, Ciudad de Panamá.
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