El genocidio en Gaza continúa cobrando vidas infantiles a un ritmo alarmante. Según reportes del hospital Al-Nasser, en el día 28 después de la tregua, los bombardeos israelíes muestran un aumento preocupante de niños asesinados. El personal médico alerta de que esta tendencia ascendente y representa una grave crisis humanitaria.
Entre los datos más críticos destacan las secuelas permanentes en la población infantil. Conforme a los últimos reportes, 7 065 niños han quedado con mutilaciones y 834 han sufrido amputaciones. Esta crisis se agrava por la severa escasez de medicamentos en el enclave, que dificulta aún más la supervivencia y recuperación de los menores afectados.
Contradiciendo las garantías de seguridad sionistas, la mayoría de los menores asesinados se encontraban en zonas teóricamente protegidas.
Mientras el sistema de salud en Gaza colapsa, más de 60 000 niños sufren las secuelas de una guerra que ya supera los 15 meses. Miles de menores yacen bajo los escombros o han sido secuestrados en un territorio que ha dejado de ser la mayor prisión al aire libre del mundo para convertirse en su cementerio.
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