António Guterres advirtió que esta decisión hará que mermen las reservas de agua potable en el enclave costero devastado por la guerra, según informó su portavoz, Stéphane Dujarric, en su encuentro habitual con la prensa.
Dujarric dijo a la prensa que Guterres está muy preocupado por la decisión del régimen sionista de impedir el suministro eléctrico a Gaza, debido a que la medida ha dejado fuera de servicio la planta de desalinización situada en el sur del enclave.
“A partir de hoy, la instalación funcionará con generadores de reserva, lo que reducirá la capacidad de agua. El restablecimiento de esta conexión es vital para decenas de miles de familias y niños”, ha expresado el portavoz.
En este sentido, el organismo internacional ha recordado que todos los cruces hacia Gaza han estado cerrados para la entrada de carga. En tal sentido, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) valoró que el cierre “está afectando gravemente a la entrega de ayuda humanitaria en toda la Franja”.
“Tanto nosotros como nuestros socios advertimos de que la escasez de combustible está afectando a las operaciones de ayuda. Actualmente, estamos estudiando cómo priorizar las existencias restantes”, dijo Dujarric al respecto.
La semana pasada, en Jan Yunis y Deir al Balah, seis panaderías cerraron por falta de gas para cocinar, reseña la información de la ONU. La comunidad internacional y países de la región han condenado esta grave situación provocada por el asedio israelí al territorio palestino.
Por ejemplo, las autoridades de Qatar y Jordania han denunciado el corte del suministro eléctrico a la Franja ordenado por el régimen de Tel Aviv, alegando que la decisión israelí “una flagrante violación del Derecho Internacional Humanitario”.
Israel ordenó el cierre de los cruces de acceso a la Franja hace diez días, e intensificó el bloqueo al enclave, en una clara evidencia del incumplimiento por la parte sionista de lo pactado en el acuerdo de alto al fuego, en vigor desde el 19 de enero pasado.
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