En un comunicado difundido el día sábado, la OCI condenó enérgicamente el asalto al campamento de Tulkarm por parte del primer ministro del gabinete sionista, Benjamín Netanyahu, y su ministro de asuntos militares, Yisrael Katz, y lo consideró una extensión de la actual agresión militar israelí contra el pueblo palestino.
La organización advirtió del peligro de esta agresión militar israelí contra los campamentos de Cisjordania como parte de los intentos de liquidar la cuestión de los refugiados, su existencia y su derecho a regresar, mediante la demolición de viviendas y el desplazamiento forzado de refugiados, en flagrante violación del derecho internacional y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas.
La organización renovó su llamamiento a la comunidad internacional para que asuma sus responsabilidades e intervenga urgentemente para poner fin a estas constantes violaciones y crímenes israelíes y exigir cuentas a los responsables.
La agresión a Cisjordania ocupada va más allá de los objetivos militares y responde a una agenda política alineada con el gabinete de extrema derecha sionista.
Las acometidas israelíes contra Cisjordania ocupada empezaron unos 20 días después de que el régimen de apartheid israelí supuestamente haya puesto fin a su guerra de genocidio de 15 meses de duración contra La Franja de Gaza que se cobró las vidas de al menos 50 000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños.
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