Por 365 días consecutivos, el sonido de los bombardeos y las explosiones es lo que ha acompañado a los gazatíes. Un genocidio que ha destruido más del 70% del enclave costero. Según la Oficina de Medios del Gobierno, la entidad sionista ha lanzado sobre la Franja de gaza 85 000 mil toneladas de explosivos, lo que equivale a más de 2 bombas nucleares.
Esta guerra está siendo un desgarramiento de la humanidad, la cual ha obligado a 2 millones de personas a abandonar sus hogares y a vivir en tiendas de campaña o colegios habilitados como refugios, en unas condiciones inhumanas. Estos refugios improvisados ofrecen condiciones aún peores que las tiendas de campaña, y han sido atacadas deliberadamente, más de 190 escuelas. Por otro lado, en las tiendas de campaña, los gazatíes han soportado el calor extremo, el frío del invierno, además de falta de higiene y la propagación de enfermedades debido a la superpoblación como son enfermedades cutáneas, poliomielitis y hepatitis.
La escasez de alimentos, agua y otros recursos básicos ha agravado la situación en Gaza. Israel ha bloqueado la entrada de ayuda humanitaria, especialmente en el norte, lo que ha provocado una severa hambruna. En el centro y sur, la malnutrición también es preocupante, ya que la dieta se basa en alimentos enlatados.
La expansión de nuevas enfermedades y epidemias son parte de las consecuencias fatales que ha ocasionado esta guerra. Esto, acompañado a la escasez de medicamentos y la falta de hospitales en funcionamiento. Actualmente solo hay 4 hospitales medianamente operativos que trabajan con los suministros mínimos debido a las restricciones israelíes.
Esto solo muestra un día de estos últimos 365 días que hemos vivido en la Franja de Gaza. Cuando esta guerra termine seremos testigos de una nueva historia de sufrimiento por cada ciudadano que vivió bajo bombardeos y asedio.
Antes del 7 octubre de 2 023, los gazatíes tenían una vida, un hogar, sueños que cumplir. Sin embargo, ahora todo esto ha sido destruido. Aseguran que sus vidas nunca volverán a ser como antes, y lo más difícil para ellos en este momento, es no saber cómo podrán enfrentar el futuro que les espera.
Huda Hegazi, desde Franja de Gaza
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