Abás Zaki, miembro del Comité Central del Movimiento Palestino de Liberación Nacional (Al-Fatah), advirtió a los países miembros de la Liga Árabe (LA) que, si abren las puertas a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) para “naturalizar a los sionistas, perecerán y no podrán detener la expansión del movimiento sionista”, informaron el domingo los medios.
El miembro de Al-Fatah tildó de “crimen” la medida de otorgar la ciudadanía emiratí a 7000 israelíes.
Zaki pidió evitar que los emiratíes ingresen a cualquier país árabe y que Abu Dabi sea expulsado de la Liga Árabe.
“La gente de los Emiratos es libre y grandiosa y no les atribuimos esta traición, porque el único traidor es [el príncipe heredero emiratí] Muhamad bin Zayed”, agregó.
EAU abre su embajada en Tel Aviv
El diario israelí The Times of Israel informó el domingo que los Emiratos Árabes Unidos inaugurarán oficialmente su embajada en Tel Aviv el miércoles en un evento con la presencia del presidente del régimen israelí Isaac Herzog, tras el acuerdo del año pasado entre Israel y este reino árabe para normalizar los lazos.
Los EAU e Israel llegaron a un acuerdo para normalizar las relaciones diplomáticas en septiembre de 2020, pese al rechazo y las condenas de la comunidad musulmana y los palestinos que lo consideran una “traición” a la causa palestina y un respaldo a las aspiraciones expansionistas de Israel.
Las autoridades palestinas criticaron enérgicamente en su momento esta medida proisraelí de Abu Dabi y la consideraron una “puñalada por la espalda” al pueblo palestino.
Pese a las críticas, desde entonces, los Emiratos Árabes Unidos han tomado más medidas audaces para acelerar el proceso de normalización, como dar la bienvenida al ministro de asuntos exteriores de Israel, Yair Lapid, para inaugurar la embajada del régimen israelí en Abu Dabi el 29 de junio, cuando Lapid dijo a los países de la región: “Estamos aquí para quedarnos”.
Siguiendo pasos de Emiratos, Baréin, Sudán y Marruecos también acordaron el año pasado normalizar sus relaciones con Israel, todos con la mediación del expresidente estadounidense Donald Trump, el aliado número uno del régimen de Tel Aviv.
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