Militares, policías, excavadoras y viviendas que se derrumban dibujan un paisaje desolador en el barrio de Sur Baher, ubicado en al este de la ciudad de Al-Quds, donde soldados israelíes cortan una sección de alambre de la barrera y, luego, comienzan a desalojar a los residentes de la zona. Horas después, una excavadora tira abajo un edificio de dos pisos. Es una aldea palestina en las afueras de Al-Quds, en un área que Israel ocupó en la guerra de 1967.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), esta decisión israelí afecta a diez edificios, en su mayoría, todavía en construcción y afectará a unas 350 personas.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) condenó la medida y acusó al tribunal israelí, que aprobó la medida, de establecer un precedente para permitir al régimen de Tel Aviv destruir numerosos edificios palestinos.
Sin embargo, las autoridades israelíes hacen oídos sordos a las críticas internacionales y de los palestinos y alegan que están en todo su derecho.
Las autoridades israelíes destruyen con frecuencia casas palestinas en Al-Quds y la Cisjordania ocupada. Asimismo, en los últimos años, han acelerado el proceso de construcción y ampliación de colonias ilegales. Según los palestinos, estos esfuerzos se enmarcan en el proyecto para judaizar las urbes y eliminar su identidad islámica.
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