Las Naciones Unidas y organizaciones pro derechos humanos han condenado con vehemencia a las prácticas inhumanas de Arabia Saudí en Yemen, que incluyen una gama de violaciones escandalosas como bombardeos constantes de áreas pobladas por civiles y ataques indiscriminados contra ciudades e infraestructura civil de Yemen, el país más pobre del mundo árabe.
Además, el bloqueo naval de Arabia Saudí ha diezmado la ya crítica economía de Yemen, poniendo a millones de yemeníes al borde de la peor catástrofe humanitaria del mundo en la historia moderna.
Sin embargo, se ha establecido una tenue tregua desde hace unos cinco meses entre el Gobierno yemení con sede en Saná y la llamada coalición liderada por Arabia Saudí, que se extiende una vez cada dos meses. No obstante, en las últimas semanas, las partes occidentales han intensificado sus esfuerzos para extender la tregua por seis meses. Pero, ¿se puede interpretar esta iniciativa como un movimiento benévolo destinado únicamente a detener el derramamiento de sangre en Yemen? La respuesta es NO.
Desde febrero del año pasado, y con el estallido de una devastadora guerra en Ucrania, la crisis del suministro energético se ha convertido en un tema vital para Europa Occidental y Estados Unidos.
Por lo tanto, las partes occidentales actualmente están desesperadas en su búsqueda para aprovechar la máxima capacidad posible de los recursos energéticos del mundo y de esta manera reemplazar el petróleo y el gas rusos, cada vez más reducidos.
La importancia de Yemen para el Occidente
Aquí radica la importancia de Yemen para los europeos, aunque no solo por razones humanitarias. Según los geólogos petroleros, los depósitos de petróleo y gas de Yemen están situados en las provincias de Marib, Shabwah y Hadhramaut.
Desde el comienzo de la agresión saudí contra Yemen, las tres gobernaciones ricas en petróleo han sido escenario de enconadas hostilidades entre diferentes grupos involucrados en el conflicto.
En los últimos meses, con el alto el fuego en vigor, se han facilitado las condiciones para el saqueo del petróleo yemení y su exportación por parte de los países occidentales, ya que la Unión Europea no prevé que se avecine ningún día brillante debido a la disminución de las exportaciones de gas ruso.
Entonces, el bloque europeo busca desesperadamente instalaciones energéticas yemeníes que puedan aliviar algunas de sus necesidades. No obstante, debido a las precarias condiciones políticas y militares de Yemen, el volumen de extracción de petróleo y gas seguirá siendo bajo en el futuro previsible.
Emiratos Árabes Unidos aprovecha la escasez de energía de Europa
Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) intentan utilizar el escenario actual como una rara oportunidad para obtener concesiones económicas y políticas de Europa. Para lograr este objetivo, los líderes emiratíes han decidido extender su influencia militar en el sur de Yemen, lo que va en contra de los intereses de su aliado, Arabia Saudí.
La terminal de exportación de gas Balhaf, ubicada en la gobernación sureña de Shabwa, alberga las instalaciones de gas natural licuado (GNL) de Yemen. Antes de 2015, estaba en pleno funcionamiento y producía 7 millones de toneladas de GNL al año. Como todos los colonialistas, el mayor accionista de esta instalación es el conglomerado energético francés Total.
Curiosamente, los Emiratos Árabes Unidos, que han reforzado constantemente sus lazos militares con el Elíseo, firmaron el mes pasado un acuerdo de cooperación energética con el Gobierno del presidente Emmanuel Macron.
Según los informes, el acuerdo secreto incluye la cooperación bilateral en las instalaciones de Balhaf, en un descarado desprecio a la soberanía de Yemen.
Para comprender el papel indispensable de las instalaciones de Balhaf en el suministro de GNL a Francia, es necesario mencionar que París importó alrededor de 3 millones de toneladas de GNL en junio y mayo pasados.
Parece que EAU está haciendo un esfuerzo para consolidar su dominio sobre las riquezas naturales de la nación yemení. Antes, medios locales yemeníes habían informado sobre el despliegue de miembros de la Legión Extranjera Francesa alrededor de las instalaciones de Balhaf.
Tanto el Gobierno de Salvación Nacional de Yemen como la llamada coalición saudí saben que, para explotar los recursos energéticos de Yemen, es imperativo que participen todas las partes implicadas en el conflicto yemení, en un alto el fuego duradero y acuerdos energéticos legales.
En este sentido, el Viceministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, Hussein al-Azi, advirtió a Arabia Saudí, a sus mercenarios y a las corporaciones extranjeras de que no siguieran saqueando la riqueza de petróleo y gas de Yemen.
Durante los últimos días, los grupos armados respaldados por los Emiratos Árabes Unidos, como la Brigada al-Amaliqa, Tariq Saleh y el secesionista Consejo de Transición del Sur (STC), han superado las disputas políticas y han entrado en un conflicto militar con el partido de Al-Islah, vinculado al grupo terrorista Al-Qaeda.
Hasta ahora, las bandas aliadas a los Emiratos Árabes Unidos han logrado expulsar al Partido al-Islah de la mayor parte de Shabwa. Según los medios locales, las fuerzas pro-EAU están listas para completar su control sobre todos los distritos del sur de Yemen e incluso Marib para aislar aún más a sus adversarios respaldados por Arabia Saudí.
Rashad al-Alimi, autoproclamado presidente del Consejo de Liderazgo Presidencial de Yemen, ordenó desesperadamente el avance de las tropas apoyadas por los Emiratos Árabes Unidos en Shabwa, pero fue en vano. Al-Alimi llegó al poder en el pasado mes de abril cuando el fugitivo presidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, cediera la autoridad al consejo político de ocho miembros.
Contraataque de Rusia a Francia
A raíz de estos acontecimientos, Rusia se ha embarcado en una estrategia para sellar alianzas con nuevos actores internacionales, como el movimiento popular yemení Ansarolá, en un intento por contrarrestar las crecientes presiones occidentales que los rusos han enfrentado desde fines de febrero debido a su operación militar contra los neonazis ucranianos.
Según algunos expertos en Asia Occidental, el enfoque oficial ruso ha cambiado con respecto al conflicto armado en Yemen.
Durante su visita a Moscú, el jefe de la delegación del movimiento Ansarolá y su principal negociador, Mohammed Abdulsalam, indicó el pasado 11 de agosto en un comunicado de prensa, que han surgido cambios fundamentales en la perspectiva política rusa y que el Kremlin se dio cuenta de que Yemen podría ser estratégicamente influyente.
La recepción de Rusia de la delegación de Ansarolá puede interpretarse como un mensaje sutil a Arabia Saudí, insinuando que aumentar la producción de petróleo fuera del acuerdo de la OPEP crearía un entorno regional más inestable para el reino rico en petróleo.
En estos días, los ojos europeos están enfocados en Yemen. Como los suministros de combustible y alimentos están en mejores condiciones que antes, el Movimiento Ansarolá recuperó su fuerza militar durante el frágil período de alto el fuego, a pesar de las continuas violaciones de la tregua por parte de la coalición encabezada por Arabia Saudí.
Por Mohsen Khalif