La cadena de televisión catarí Al Jazeera, citando a medios turcos, informó el jueves que los investigadores encargados del caso del asesinato de Khashoggi barajan la posibilidad de que sus verdugos habrían disuelto el cuerpo del periodista en ácido para no dejar ningún rastro.
El medio catarí explicó que los investigadores turcos encontraron una máscara –que se usa para tapar la nariz cuando se manipula productos químicos– dentro de un automóvil perteneciente al consulado saudí aparcado y abandonado en un garaje en Estambul hace 14 días.
Por eso creen que los asesinos de Khashoggi disolvieron su cuerpo en ácidos y productos químicos, y arrojaron lo que quedaba de su cadáver en un viejo pozo ubicado en la residencia del cónsul saudí Mohamed al-Otaibi.
Las autoridades turcas sostienen que Khashoggi — acérrimo opositor de las políticas del príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud—, fue torturado, asesinado y descuartizado por 15 agentes saudíes que llegaron a Estambul exclusivamente para matarlo y, según fuentes cercanas a las investigaciones, realizaron su cometido en siete minutos.
Los saudíes, en un principio, negaban cualquier implicación en la desaparición del periodista, pero tras la fuerte presión internacional la Fiscalía saudí confirmó, el pasado 20 de octubre que la muerte de Khashoggi, y el jueves la misma anunció que el asesinato del periodista fue premeditado.
Además, fuentes policiales turcas consideran que Khashoggi fue asesinado por orden directa del príncipe heredero saudí responsable de la agresión saudí a Yemen —y por tanto, de la muerte de miles de personas y de una crisis humanitaria sin precedentes— e involucrado en 2017 en el “secuestro” del premier libanés, Saad Hariri.
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