"No cabe duda de que Ucrania debe ser miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)”, ha asegurado este martes el premier ucraniano durante una conferencia de prensa en Kiev, capital.
No cabe duda que Ucrania debe ser miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)”, ha anunciado el primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk.
En este contexto, ha considerado la adhesión de Ucrania a la OTAN como un punto primordial de la reforma en el sector de la defensa y seguridad y ha destacado que el propósito geopolítico y estratégico de Kiev está dirigido a formar parte de la Unión Europea (UE).
Para lograr este fin, sin embargo, Kiev, necesita reforzar la capacidad de sus fuerzas armadas a fin de adaptarlas a los estándares de las tropas de dicha Alianza, ha enfatizado Yatseniuk.
Asimismo ha recalcado que Ucrania necesita ser un miembro de facto de la OTAN antes de que se convirtiera en un Estado miembro de la Alianza Atlántica.
Al respecto, ha explicado que la membresía “de facto” además de ser la manera más rápida para ser parte de este organismo, permite a Ucrania cumplir con el proceso de entrenamiento de sus soldados y enseñarles idiomas de trabajo; puntos que, a su juicio, facilitarán el acercamiento de los estándares de las fuerzas armadas de Ucrania a los de la OTAN.
En referencia a la entrada en vigencia en Ucrania de una ley que permite el ingreso de ejércitos extranjeros para participar en maniobras conjuntas de la OTAN, ha dicho que esta normativa es un paso positivo hacia la membresía de facto de su país en la Alianza.
Sus declaraciones han tenido lugar después de que el 17 de diciembre, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declarara que la Alianza y Ucrania están estudiando reforzar la cooperación entre sus fuerzas especiales y sus fuerzas navales.
La presencia de la OTAN en el Este de Europa aumenta en un momento en que las relaciones de Rusia con Occidente se han deteriorado en gran medida, aparentemente, por la crisis de Ucrania.
Tras el agravamiento de la situación en Ucrania, la Alianza Atlántica aumentó su actividad naval cerca de las fronteras con Rusia, en particular, en los mares Negro y Báltico, bajo el pretexto de garantizar la seguridad de los países de la zona.
Kiev, con la ayuda de Washington, ha lanzado múltiples operaciones militares para acabar el movimiento independentista en el este de Ucrania. El conflicto se ha cobrado la vida de unas 8000 personas y ha dejado 1,3 millones de desplazados internos.
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