Qasem al-Arayi, asesor de Seguridad Nacional del Gobierno iraquí, mantuvo el lunes una reunión con el general de división Gerald Strickland, comandante adjunto de la llamada coalición anti-Daesh en Irak, y su delegación acompañante en Bagdad, la capital del país árabe.
En la cita, Al-Arayi puso énfasis en “la importancia de establecer un calendario para poner fin a la presencia militar extranjera en Irak”, según un comunicado emitido por la oficina del funcionario iraquí.
También hizo hincapié en la importancia del fortalecimiento de las relaciones entre Bagdad y la comunidad internacional, pues expresó el interés del Gobierno iraquí para extender lazos con otros países, reza la nota.
Según el texto, Al-Arayi recalcó la necesidad de que Irak avance hacia las relaciones en varios campos, y espera la cooperación internacional para desmantelar las crisis en Asia Occidental, así como encontrar soluciones no militares, lo que contribuirá al establecimiento de la paz en toda la región.
Existe una indignación nacional por la prolongada presencia militar de EE.UU. en Irak, lo que cada día está creciendo. Tanto los grupos de resistencia como la mayoría de las corrientes políticas alertan que las tropas norteamericanas serán tratadas como “tropas de ocupación” y exigen su salida inmediata del suelo iraquí, pues, denuncian, Washington ha violado en varias ocasiones la soberanía del país árabe.
De hecho, el descontento ante la violación de la soberanía iraquí por los estadounidenses ha ido en aumento tras el asesinato del teniente general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, y subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, en un ataque perpetrado el 3 de enero por EE.UU. en Bagdad.
ftn/rha/mnz/mjs