En medio de la fuerte presencia de agentes policiales, miles de personas salieron a las calles en diferentes ciudades de Francia para expresar su rechazo al llamado pasaporte sanitario que comenzará a regir en el país a partir de este lunes, 9 de agosto.
En París, la capital, el movimiento de los chalecos amarillos se unió también a los opositores a las políticas del presidente Emmanuel Macron. Denuncian que con este certificado, el Gobierno viola incontables leyes y socava la libertad de los individuos.
“Macron, no quiero tu pase” o “Macron, no queremos ni verte” fueron algunos de los eslóganes escuchados en París, donde la Policía se reprimió a los manifestantes con porras y gases lacrimógenos.
Buena parte de los manifestantes, algunos vacunados, ven en esta imposición del pase sanitario una “obligación camuflada para vacunarse” y “una sociedad de control”, y temen que los empleadores puedan suspender temporalmente el contrato de un trabajador si este no tiene el pase en regla.
Pese al fuerte rechazo popular, el Gobierno francés insiste en sus medidas. De hecho, a partir del próximo lunes, en Francia, será obligatorio presentar este pase, prueba de que estás vacunado, no tienes la COVID-19 o has pasado la enfermedad, no solo en cines o parques temáticos como hasta ahora, sino también para entrar en restaurantes y salas de espectáculos. También para viajar en avión, tren o autobús.
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