La erupción envió una columna de materiales volcánicos de hasta 5000 metros hacia el cielo y sumergiendo a las comunidades locales en la oscuridad.
Este volcán ya había experimentado una mortífera erupción en 2016 y su actividad se intensificó en los últimos días con dos pequeñas erupciones durante el fin de semana.
La erupción del lunes no produjo de momento ninguna víctima, pero las autoridades indonesias advirtieron ante la intensa actividad en el volcán.


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