La primera ministra norirlandesa, Michelle O’Neill, afirmó el viernes en una rueda de prensa en Dublín que no asistiría al acto anual del Día de San Patricio en la Casa Blanca, el próximo 17 de marzo, en protesta por el controvertido plan del presidente estadounidense, Donald Trump, para limpiar étnicamente la Franja de Gaza.
“Todos estamos desconsolados al ver el sufrimiento del pueblo palestino, y las declaraciones del presidente estadounidense apoyando su expulsión masiva de Gaza no pueden ignorarse”, dijo O’Neill.
Enfatizó que ella y otros líderes mundiales deben cumplir su responsabilidad de actuar cuando creen que “la administración estadounidense está equivocada, catastróficamente en el caso de Palestina.
Sinn Féin is to boycott St Patrick’s Day events at the White House next month, party president Mary Lou McDonald and Stormont first minister Michelle O'Neill have announced pic.twitter.com/Yk51Pji8Bb
— The Irish News (@irish_news) February 21, 2025
Por su parte, Mary Lou McDonald, la líder del partido opositor Sinn Fein, hizo hincapié en que no podía visitar Washington “mientras hubiera una amenaza de expulsión masiva sobre el pueblo palestino”.
El Día de San Patricio es un festival anual que celebra la cultura y el patrimonio irlandeses. Si bien no es un feriado oficial de Estados Unidos, se celebra ampliamente, especialmente por los estadounidenses de ascendencia irlandesa.
Durante los primeros días de su Administración, el magnate republicano Trump sugirió la expulsión forzada de la gente de Gaza de la franja devastada por guerra a países como Egipto y Jordania. Afirmó además que Estados Unidos “se encargaría” de Gaza y reconstruiría el enclave palestino, después de desplazar a los más de 2,2 millones de su población.
La provocativa propuesta de Trump se produjo después de que el régimen israelí no lograra cumplir sus objetivos declarados en la guerra en la Franja de Gaza durante más de 15 meses, durante los cuales el régimen mató al menos a 48 319 palestinos, en su mayoría mujeres y niños.
Irlanda, fue uno de muchos países que exigió desde el principio el cese inmediato de la guerra israelí en Gaza, sumándose al caso de genocidio de Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
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