Ayer jueves, dos buques cisterna, uno de ellos japonés, se incendiaron por causas aún desconocidas en el mar de Omán. Pasadas unas horas, los secretarios estadounidenses de Estado y de Defensa interino, Mike Pompeo y Patrick Shanahan, respectivamente, culparon a Irán de los presuntos ataques a los petroleros.
Yukata Katada, presidente de la naviera japonesa Kokuka Sangyo, ha asegurado este viernes que la tripulación del petrolero atacado en el mar de Omán manifestó que su barco no había sido alcanzado por ningún torpedo ni mina marítima, poniendo en evidencia la falsedad del vídeo difundido el jueves por el Comando Central de EE.UU. (Centcom).
En este sentido, Nathalie Tocci, asesora de la jefa de la Diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, ha reaccionado este mismo viernes a las acusaciones de EE.UU. contra Irán, “antes de culpar a alguien”, en este caso a los iraníes, “se necesita evidencias creíbles”, ha dicho, según informa el periódico norteamericano The New York Times.
Tocci ha indicado que la versión de que Irán atacó un barco japonés justo cuando el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, estaba en Teherán “no es algo especialmente racional”, ya que las autoridades iraníes son “profundamente lógicas” y no cometen ese tipo de errores estratégicos.
Además, ha criticado las decisiones del Gobierno de Estados Unidos sobre la República Islámica diciendo que precisamente esas medidas han socavado la soberanía de Irán, así como las cooperaciones Teherán-Unión Europea.
Varios analistas vinculan lo ocurrido a la “barrabasada” de EE.UU. en la región en medio de la primera visita a Irán de un premier japonés en más de 40 años: “Los ataques reportados contra petroleros relacionados con Japón se han producido mientras Abe estaba reunido con (el Líder de la Revolución Islámica de Irán) el ayatolá (Seyed Ali) Jamenei para mantener conversaciones amplias y amistosas”, ha declarado el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, para después ironizar, algo sumamente “sospechoso”.
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