El representante permanente de Irán ante las organizaciones internacionales asentadas en Viena (Austria), Kazem Qaribabadi, señaló el miércoles a los periodistas que el nuevo informe, publicado en la misma jornada, muestra la verificación continua por parte de la AIEA del programa nuclear de la República Islámica.
Además, establece que Irán ha continuado sus actividades de enriquecimiento de uranio en los sitios de Natanz y Fordo, utilizando nuevas máquinas para enriquecer uranio del 4,5 % de pureza, lo que supera el límite de 3,67 % establecido en el acuerdo nuclear de 2015, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).
Según el informe, además de la producción y el almacenamiento de agua pesada, Irán ha exportado más de 2,2 toneladas de su agua pesada y también ha utilizado 1,3 toneladas en línea con sus actividades de investigación y desarrollo.
Al respecto, el documento ratifica la reciente decisión de Irán de reubicar sus centrifugadoras bajo tierra en la planta nuclear de Natanz (centro) y menciona el compromiso del país persa con llevarlo a cabo con los requisitos protocolarios necesarios.
“El informe de la AIEA ha anunciado que la cantidad de reservas de uranio de Irán hasta el 2 de noviembre es de aproximadamente 2442,9 kg, lo que equivale a unos 3600 kg de uranio poco enriquecido”, agregó Qaribabadi.
Según el titular iraní, el informe se refiere también a los resultados de la inspección de la AIEA a uno de los sitios nucleares de Irán en 2018, pues, aseveró que a pesar de las diferencias en las opiniones técnicas que existen entre Irán y el organismo, las interacciones en esa área aún siguen en curso entre las dos partes con el objetivo de resolver el problema.
Tras la salida ilegal de EE.UU. del pacto nuclear en mayo de 2018, Irán esperó un año, dando una oportunidad al resto de los firmantes del acuerdo —El Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania— para salvarlo. Ante la inacción de Europa en adoptar medidas prácticas, el país persa decidió actuar de manera recíproca y, conforme a los artículos 26 y 36 del mismo pacto, reducir progresivamente algunos de sus compromisos para forzar a sus socios europeos a asumir sus obligaciones.
En concreto, Irán ha dado hasta ahora cinco pasos para reducir sus compromisos nucleares: primero, suspendió la venta de uranio enriquecido y el excedente de agua pesada —como lo establecía el pacto— y, segundo, aumentó el enriquecimiento de uranio por encima de los niveles acordados en el acuerdo —3,67 %—.
En el marco de su tercer paso, Teherán activó una cadena de 20 centrifugadoras IR4 y de 20 centrifugadoras IR6; mientras que el cuarto paso consistió en alimentar con gas las centrifugadoras de la planta nuclear de Fordo.
En el marco del quinto paso, Irán abandonó las limitaciones operacionales en su programa de energía nuclear, entre ellas, la capacidad de enriquecimiento, el porcentaje de enriquecimiento, la cantidad de material enriquecido, y la investigación y el desarrollo nucleares.
No obstante, Irán continúa cooperando con la AIEA y asevera que Teherán revertirá sus pasos nucleares cuando se levanten las sanciones antiraníes y se adopten medidas que garanticen los intereses del país persa.
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