Las negociaciones del Brexit daban un giro este lunes con el anuncio por parte de la primera ministra británica, Theresa May, de que la Unión Europea (UE) había acordado cambios vinculantes al seguro de Irlanda, un mecanismo diseñado para evitar una frontera física en Irlanda, mediante la permanencia en la unión aduanera.
Los cambios acordados diseñan una serie de obligaciones para ambas partes y un modelo de intermediación en el caso de que la UE actúe de mala fe y trabaje por mantener al Reino Unido en dicho seguro de forma permanente. Pero esta es la única condición en la que el Reino Unido puede salir de forma legal. Pero esto no ha servido para convencer a euroescépticos y unionistas de Irlanda del Norte.
Tras la derrota, protestas en la calle celebrando el fracaso de May, quien ha dicho que este miércoles habrá un nuevo voto para que el Parlamento decida si quiere quitar la opción de salir sin acuerdo. Si sale adelante, el jueves se votará si se extiende el periodo concedido por el artículo 50 que fija la salida británica para el día 29 de este mes. Pese a protagonizar dos de las tres mayores derrotas parlamentarias en la historia, May se niega a dimitir.
Tras varias horas de debate, los miembros del Parlamento han acordado por por una mayoría de 149 votos votar en contra del plan de Brexit de la primera ministra. Es la tercera derrota más grande en la historia parlamentaria y deja el proceso del Brexit con una gran incertidumbre. Ahora las opciones son salir sin acuerdo, tratar de buscar otro acuerdo, o retrasar el artículo 50 y la salida británica de la UE.
Ian Diez, Londres.
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