• Integrantes de la Junta de Liberación del Levante, filial siria de Al-Qaeda, antes de lanzar una ofensiva.
Publicada: martes, 20 de febrero de 2018 18:12
Actualizada: miércoles, 21 de febrero de 2018 3:47

El Reino Unido ha reanudado un controvertido programa multimillonario destinado a formar ‘fuerzas policiales’ en las zonas en manos de los grupos armados en Siria, un proyecto suspendido hace más de dos meses debido a acusaciones de que financiaba a ‘extremistas’ afines a Al-Qaeda.

El proyecto cesó en noviembre del año pasado después de que una investigación revelara que el cuerpo policial del Ejército Libre Sirio (ELS) entregaba dinero en efectivo a combatientes de grupos extremistas vinculados a Al-Qaeda, además de trabajar con tribunales de facciones que promovían ejecuciones sumarias, torturas e incluso la lapidación de mujeres.

En concreto, el informe de la cadena BBC titulado “Yihadistas (extremistas) que les pagasteis”, indicaba que el dinero del contribuyente británico terminaba en manos de los terroristas del Frente Al-Nusra (actualmente se denomina Frente Fath Al-Sham).

Bajo la presión del Partido Laborista británico, el Ejecutivo conservador de este país suspendió entonces los fondos a la Adam Smith International (ASI, por sus siglas en inglés), asociación catalogada como oenegé humanitaria que ejecutaba el proyecto.

Sin embargo, el diario británico The Guardian ha revelado este martes que el Ministerio británico de Exteriores ha vuelto a poner en marcha este programa, bajo el cual se le otorgaron a la ASI 450 millones de libras (cifra equivalente a unos 630 millones de dólares estadounidenses) para formar fuerzas policiales y apoyar a un cuestionado organismo rescatista llamado Cascos Blancos.

 

A este respecto, la secretaria británica de Estado para el Desarrollo Internacional, Kate Osamor, ha expresado su preocupación por la financiación de la referida Organización No Gubernamental (ONG), sospechosa de financiar a organizaciones terroristas y dedicarse en realidad a la propaganda contra el Gobierno de Damasco.

La medida británica se produce a pesar de que fuentes de Inteligencia occidentales han llegado a la conclusión de que las fuerzas de la oposición siria, después de siete años de lucha contra Damasco, ya no son capaces de derrocar al presidente sirio, Bashar al-Asad, quien se ha reforzado notablemente tras los avances durante el último año en el campo de batalla.

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