La empresa de College of Policing, un brazo del Ministerio del Interior del Reino Unido, ha proporcionado entrenamiento a 23 países, entre ellos, países violadores de los derechos humanos, informó el viernes el diario británico The Guardian.
Los documentos, obtenidos por el periódico tras una solicitud de libertad de información, muestran que el 90 % de los fondos conseguidos por la empresa provienen de países que cuentan con la pena de muerte.
El Ministerio del Interior de Arabia Saudí es el mayor receptor de la asistencia militar británica y pagó más de 1,6 millones de dólares por 815 días de entrenamiento desde 2011. Durante el mismo período Riad ejecutó a 641 personas, según la organización de derechos humanos Reprieve.
“Este es otro ejemplo de que, cuando los acuerdos comerciales y las alianzas de seguridad están en oferta en el Oriente Medio y en otras partes del mundo, el Gobierno de Theresa May no se preocupa por los derechos humanos”, denunció Emily Thornberry, la secretaria británica de Asuntos Exteriores en la sombra.
Este es otro ejemplo de que, cuando los acuerdos comerciales y las alianzas de seguridad están en oferta en el Oriente Medio y en otras partes del mundo, el Gobierno de Theresa May no se preocupa por los derechos humanos”, denunció Emily Thornberry, la secretaria británica de Asuntos Exteriores en la sombra.
Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Omán y Kuwait, donde la pena de muerte sigue siendo legal, pagaron en conjunto más de 1,7 millones de dólares a organizaciones británicas.
Además de ofrecer entrenamiento militar a los países ribereños del Golfo Pérsico, Londres ha sido acusado de proporcionar armas a Arabia Saudí, un país que bombardea territorio yemení desde 2015.
En este sentido, la organización humanitaria internacional Oxfam ha pedido a Londres que frene inmediatamente la venta de armas y fuerce una tregua en Yemen.
Esta oenegé británica también afirma que el Reino Unido, Francia y Estados Unidos son los tres mayores suministradores de armas al régimen de los Al Saud en su campaña militar contra los yemeníes, “pese a que miles de civiles, incluidos niños", son víctimas del conflicto.
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