La familia de Joshua McLemore, un ciudadano estadounidense con antecedentes de esquizofrenia, quien murió en 2021 en la celda de aislamiento de una cárcel del condado estadounidense de Jackson, en el estado de Indiana, presentó una demanda por negligencia de los guardias penitenciarios.
Según afirma su familia, los guardias se habían negado a ayudar a McLemore, que presentaba graves problemas mentales y físicos, “debido a un cuadro de esquizofrenia no tratada”.
La demanda acusa a los carceleros de poner a McLemore en confinamiento solitario acolchado, sin ventanas, durante su estadía de casi tres semanas en la prisión, donde supuestamente sufrió deshidratación y desnutrición.
En esos 20 días, el recluso perdió más de 20 kilogramos, y finalmente al día 20 encontraron su cuerpo en estado débil, y luego lo trasladaron a un hospital, donde murió dos días después por falla orgánica múltiple por no comido o bebido nada.
Como se ve en un vídeo de vigilancia, McLemore estuvo desnudo en una celda de la cárcel, donde se ven manchas de pintura en las paredes y el piso. La celda no tenía cama y las luces fluorescentes estaban encendidas todas las horas del día y de la noche.
EE.UU. es el país con mayor población penitenciaria en el mundo. Unos 2,3 millones de personas habitan en las cárceles federales y estatales del país.
Sin embargo, la gran inquietud surgida en los últimos años no es solo el alto número de presos, sino también el ambiente violento que se vive en los centros penitenciarios en el país norteamericano.
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