Durante una visita realizada la semana pasada a los territorios ocupados, el secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, informó a los funcionarios israelíes de la aprobación por parte de la Administración Trump de la venta de cazas furtivos F-22 Raptor al régimen de Tel Aviv, indicó el domingo el diario árabe Asharq Al-Awsat.
Además, el Gobierno norteamericano pretende vender bombas guiadas de alta precisión a Israel, agregó el medio, con sede en Londres (capital británica), citando a fuentes israelíes de alto nivel, que hablaron bajo condición de anonimato.
En septiembre de 2006, el Congreso estadounidense confirmó la prohibición de las ventas extranjeras del F-22 para “proteger su tecnología sigilosa y características clasificadas”. Por ello, los clientes de los cazas estadounidenses están adquiriendo diseños anteriores, como el F-15 Eagle y el F-16 Fighting Falcon o el nuevo F-35 Lightning II, que contiene tecnología del F-22 pero fue diseñado para ser más barato, más flexible y disponible para la exportación.
Israel pidió comprar F-22 para mantener su supuesta “ventaja militar” en la región de Asia Occidental, después de que la Casa Blanca anunciara su intención de proceder en la venta de 50 cazas F-35 de la compañía Lockheed Martin a los emiratíes, ha revelado el diario israelí Haaretz.
Desde el principio, varios analistas habían señalado que, pese al total rechazo de Israel, la normalización de los nexos entre el régimen de Tel Aviv y Abu Dabi podría allanar el camino para más ventas de armas estadounidenses a los emiratíes.
Alarmado ante tal coyuntura, Israel no descartó hacer lobby para influir en el Congreso de EE.UU. e impedir la venta de cazas F-35 y otras armas avanzadas a cualquier Estado de la región, incluidos los países árabes que planean tener relaciones con ese régimen.
En un intento por calmar las preocupaciones de los funcionarios israelíes, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, aseveró el pasado agosto que el país norteamericano revisaría las posibles ventas de armas a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), pero continuaría garantizando que Israel disfrutase de la “ventaja militar”.
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