La escasa producción de un componente vital para proteger a las tropas estadounidenses desplegadas en el extranjero ante ataques químicos, las estratégicas compañías proveedoras de partes para aviones al borde de la bancarrota y la clausura de una importante fábrica de componentes para misiles, se encuentran entre algunos de los hallazgos recogidos en el informe del Pentágono, titulado “Capacidades Industriales”.
El documento, emitido por la Oficina de la Producción del Departamento de Defensa de EE.UU., explica que los proveedores y comerciantes de armas han disminuido, a pesar de las grandes inversiones realizadas por el Pentágono en armas y municiones desde 2016, indicó el viernes el portal norteamericano Defense News.
Del mismo modo, el texto revela que, en ciertos ámbitos, las ventas de determinados tipos de armamentos al extranjero se han reducido.
La falta de personal calificado en prácticamente todos los sectores productivos, incluidos aeronáutico, químico, biológico, radiológico, electrónico y sistemas espaciales, entre otros; así como la falta de competencia entre los proveedores, hace que los productos se hagan más costosos.
En EE.UU. se profundiza la preocupación por la potencia militar de sus principales rivales. A mediados de noviembre, la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional del Congreso estadounidense advirtió de que la superioridad militar de Estados Unidos en el mundo se “ha erosionado hasta alcanzar un grado peligroso”, por ende, podría perder una guerra con sus rivales, como China o Rusia.
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El Consejo de Ciencias de la Defensa del Pentágono reconoció en enero pasado que la capacidad de EE.UU. para mover tropas, armas y suministros a largas distancias ha decaído significativamente y necesita una rápida actualización para estar preparado ante cualquier eventual conflicto.
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