“Si lanzas amenazas y luego la gente estima que no vas a cumplirlas, si buscas provocar una reacción y dejas de conseguir una reacción, la opción es o bien lanzar amenazas mayores o bien dejar de ir por ese camino”, dice el orientalista Jon Alterman, citado el viernes por el diario estadounidense.
El comportamiento del presidente estadounidense no se limita además a Irán, señalan los firmantes del artículo, sino que el mismo mecanismo puede observarse en la política de la actual Administración norteamericana respecto a Corea del Norte, a la que Donald Trump amenazó en 2017 con “fuego y furia nunca vistos”, y a Venezuela.
En todos los casos, recuerdan, la estrategia de intimidación de Trump ha fracasado. Ante la machacona insistencia estadounidense en que “todas las opciones están sobre la mesa”, los gobernantes de los países que plantan cara a Washington se han negado a amilanarse y ha sido el mandatario norteamericano el que “ha pestañeado”.
En lo tocante a Irán, repasa el artículo, EE.UU. ha evocado el despliegue de “120 000 soldados” en el Golfo Pérsico y ha presentado movimientos rutinarios de un grupo naval y de bombarderos B-52 para incrementar la presión sobre Teherán, sin llegar a convencer a las autoridades persas de la seriedad de las amenazas.
Si lanzas amenazas y luego la gente estima que no vas a cumplirlas, si buscas provocar una reacción y dejas de conseguir una reacción, la opción es o bien lanzar amenazas mayores o bien dejar de ir por ese camino”, dice el orientalista estadounidense Jon Alterman al comentar los efectos de la política del presidente de EE.UU., Donald Trump, respecto a Irán.
Esa mezcla de agresividad y ambigüedad sí ha inquietado, sin embargo, a parte de la clase dirigente estadounidense. Tres presidentes de comisiones legislativas, incluido el demócrata de Nueva Jersey Eliot Engel, publicaron un comunicado el miércoles en el que llamaban a no olvidar el catastrófico ataque de Estados Unidos a Irak en 2003, basándose en información “distorsionada y tergiversada”. “Eso no debe permitirse de nuevo jamás”, pedían.
La falta de resultados de las amenazas y el crecimiento de la inquietud por el belicismo de la Administración de Trump han llevado al mandatario a proclamar una y otra vez, mientras sus subordinados amenazan, una supuesta voluntad de diálogo y su esperanza de que los dirigentes iraníes lo llamen por teléfono.
Por su parte, Teherán aún espera que sus socios en el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), el acuerdo multinacional sobre el programa de energía nuclear persa, cumplan su compromiso de facilitar la neutralización de los embargos levantados en virtud del pacto, y reimpuestos unilateralmente por Washington tras abandonarlo el año pasado.
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